CÓMO OÍR A DIOS I Pastor Osvaldo Carrillo


Texto: Lucas 8:8 “El que tiene oídos para oír, ¡que oiga!” 

 

Dios habla al ser humano. A través de toda la Biblia se ve la frase: “Y dijo Dios . . . ” 

Desea relacionarse en forma personal contigo. No hay relación sin comunicación. 

En este momento hay ondas de radio cruzando por acá y no las oímos porque no estamos sintonizados. Igualmente, uno debe de aprender ciertos pasos que te ponen en sintonía con Dios. Jesús en Lucas 8 habla de cuatro tipos de tierra donde se siembra la semilla y significa cuatro tipos de actitud de las personas hacia la Palabra de Dios.

 

¿Cómo oigo a Dios hablarme?    

 

DEBO CULTIVAR UNA MENTE ABIERTA

 

Lucas 8:5,12  Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se la comieron.  y la parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven.  

  • Hay gente que dice nunca haber escuchado a Dios y es porque posiblemente nunca ha estado abierto a esa posibilidad. Cuando hablamos de oír la voz de Dios, nos estamos refiriendo no a la voz audible (aunque puede suceder), sino a un pensamiento o idea que te vino y que supieras que eso venía de Dios.
  • Vemos en el texto que estamos estudiando que la semilla cayó en el camino. Los caminos por lo general son duros por el continuo paso de la gente y angostos. Así hay mucha gente dura y estrecha en su mente. Por la dureza, la Palabra se queda en la superficie y no crece. Hay gente que ya ha tomado una postura y no está abierto en su mente.

¿Qué es lo que nos hace tener la mente cerrada?

  1. Orgullo. Decimos: Yo sé cómo manejar esto. Puedo solo. No necesito orar por esto.

 

  1. Temor. ¿Qué pasa si Dios me pide que haga algo que no quiero hacer? Quizá me pida que haga algo que le desagrade a la gente o que yo creo que no puedo hacer. Me da miedo perder mi libertad, no poder divertirme o no sentirme realizado (a) en la vida. 

 

  1. Amargura. Cuando se nos ha lastimado y nos aferramos a las memorias dolorosas, le cerramos la mente a Dios. Es un hecho que te van a lastimar en la vida. Lo que tú hagas con esas heridas determinará si te convertirás en una persona más amorosa o más amargada. Nuestra tendencia es decir: “Ya que me lastimaron, voy a construir una muralla, voy a encerrarme en mi caparazón, y no voy a permitir que nadie se me acerque; ni siquiera Dios mismo, ya que Dios permitió que eso ocurriera”. Cuando sientas dolor no corras alejándote de Dios. Más bien entrégale tu dolor a El

 

Debemos de preguntarnos en este día que cosas me están impidiendo escuchar la voz de Dios. ¿Tengo un corazón duro y una mente cerrada a la Palabra? ¿Hay orgullo, temor o amargura en mi corazón que me impide escuchar a Dios?