Una doble Porción
Pastora Carmen Barrantes
Versículo: II Reyes 2:9-10, Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no.
¿Cuántos de nosotros no hemos soñado con tener la unción de Elías para ser testigo de Dios? Ver esos poderosos milagros realizados por él y la autoridad con la que anunciaba lo que Dios le mandaba, ¡Que profeta!. Eliseo soñaba con lo mismo; hacía años estaba sirviendo a Elías, caminaba con él y era testigo de ese poder y autoridad que operaba a través de su maestro.
El momento que Dios decidió llevarse a Elías para morar con Él, Eliseo lo sabía (bueno era profeta, Dios le revelaba algunas cosas), sabiendo Elías que era su hora, quiso estar a solas y le insistía a Eliseo que se quedara, y el partiría a otro lugar para tener el espacio para ser arrebatado en un carro de fuego (¡casi nada, verdad?!!!), sin embargo Eliseo insistía en no dejar solo a su señor, él sabía que si perseveraba, Elías le iba a dejar algo importante para él. Antes de suceder lo esperado, (el arrebatamiento de su señor), Eliseo es testigo de un gran milagro, Elías golpea el agua y ella se separa en dos y logran pasar por lo seco, me imagino que Eliseo pensó ¡por Dios, si me vas a dejar en tu lugar, necesito ese poder y más!!, Elías, viendo que no le iba a dejar solo, le pregunta qué desea de él? - Eliseo (nada tontillo) pide una doble porción de su espíritu; en la nueva versión internacional dice: —Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble partida —. Eliseo no quería su puesto, él quería el poder y la autoridad del puesto de Elías, si había de quedar como profeta de Israel necesitaría el poder de Dios que operaba en Elías y doble. Elías lo condiciona diciéndole que si lo ve cuando era arrebatado entonces eso que había pedido se le daría; claro está que Eliseo a partir de ese momento no apartó sus ojos de su maestro.
Amados amigos, el poder que tenía Elías, no nacía de él, nacía del poder de Dios operando en él, eso lo entendió Eliseo cuando pudo ver con sus ojos el carro de fuego. El haber experimentado ese momento sobrenatural de parte de Dios, le reviste de poder y a través del manto de Elías se manifiesta efectivamente el poder que cayó en doble partida sobre él (por cierto, ¡él separa las aguas también!)
Quiero contarte que la provisión de poder y autoridad en doble partida está expuesta a todo creyente, Jesús ya nos la dio, es gratuita pues él ya la dispuso para nosotros con su muerte, resurrección y ascensión; sin embargo, requiere de paciencia, espera, disciplina, entrega y consagración, al igual que Eliseo, si estamos en el momento y lugar correcto, haciendo lo que Dios espera de nosotros, en un momento vendrá lo esperado, esa unción de autoridad para ser testigos fieles de su Palabra y el poder de Dios, para que muchos sean impactados y convencidos que Él es real y que es Él mismo de ayer, hoy y siempre.