Permite que Jesús calme tus tormentas


Gustavo Corrales

 

“Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo”.

Marcos 4:39 TLA

 

En los momentos de dificultades, ya sean problemas económicos, desafíos de salud, conflictos personales o familiares, frecuentemente nos encontramos luchando contra sentimientos de desesperación y temor. Sin embargo, es crucial recordar que Jesucristo está con nosotros en estos desafíos, ofreciendo paz y serenidad incluso en las circunstancias más turbulentas.

Reflexionemos sobre los siguientes puntos:

Fe Durante las Adversidades: La fe no elimina las dificultades, pero proporciona una perspectiva transformadora. Nos permite ver más allá de las circunstancias presentes y aferrarnos a la promesa de que, en última instancia, todas las cosas ayudarán para bien. La fe nos impulsa a buscar a Dios en oración, depositando nuestras cargas en Él y confiando en su sabiduría divina.
El Poder de Cristo: La palabra de Jesús calmó el viento y aplacó las olas. En ese momento, vemos que Jesús no solo era un maestro o un líder, sino el Señor de la creación, con poder sobre todo lo creado. Reconozcamos el poder que Cristo tiene sobre todas las situaciones. Afrontemos nuestras dificultades con la confianza de que Él está en control.
Invitación a la Serenidad: Jesús nos llama a vivir en su paz incluso en los tiempos de prueba. Confiando que, en su gobierno divino, hallamos consuelo para nuestras almas, sabiendo que nos guiará a través de cualquier desafío.
Marcos 4:39 nos invita a confiar en el poder soberano de Cristo, recordándonos que, incluso en medio de las situaciones más turbulentas, su voz resuena con autoridad. Tengamos la seguridad de que, en medio de las circunstanciasen Cristo hallamos la paz que sobrepasa todo entendimiento.


Motivo de oración: Padre celestial, en medio de nuestras aflicciones, agradecemos por el consuelo y la vida que encontramos en tu Palabra. Que tu verdad sea luz y guía en nuestras circunstancias difíciles, dándonos esperanza y fortaleza. En el nombre de tu Hijo Jesús. Amén.