Cimientos profundos


Joaquín Peña

 

“Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, puse el fundamento y otro construye sobre él. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye, porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, 15 pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.”

1 Corintios 3: 10-15 NVI

Este extracto de 1 Corintios 3 nos hace meditar en la importancia que tiene construir adecuadamente, fíjense que el mensaje va dirigido a cristianos, a miembros de una iglesia formada, a aquellos que ya tenían el fundamento que es Cristo, y es un mensaje en torno a lo que haremos ya teniendo ese fundamento, a la forma en que construimos sobre Él. Analicémoslo un poco más siguiendo el mismo ejemplo de la construcción:

Al momento de construir una casa o edificio, siempre lo más importante son los cimientos, de eso depende todo. Ya tenemos nuestro fundamento, nuestro cimiento siempre debe ser Jesucristo como lo dice el pasaje, pero, y aquí viene algo importante, que tanto conozcas de Cristo, que tanto te sumerges en Él, va a representar que tan profundo serán tus cimientos, y que tan alta, ancha y resistente será la construcción que se edifique. Ahora bien, ¿cómo podemos conocerlo y profundizar más Él? Tenemos dos herramientas poderosas para esto que son: la lectura de Su Palabra y la Oración, ellas van a ayudarnos a conocerlo más y así nuestros cimientos serán profundos y podremos tener una edificación fuerte, grande y resistente, permitiendo ensanchar más nuestro territorio, que es el de Cristo, y ser testimonios de Él. A través de estas disciplinas espirituales hay una comunicación bidireccional donde con la oración le hablamos y a través de Su Palabra “escuchamos” lo nos dice. Una es tan necesaria como la otra.

Para ejemplificar la importancia de ambas les comparto esto que escuché de un pastor hace algún tiempo, no recuerdo su nombre, pero el comparaba el leer la Palabra y Orar con el respirar, específicamente con el acto de inhalar y exhalar. ¿Puede usted vivir (respirar) solo inhalando? pues no. ¿Puede usted vivir solo exhalando?, claro que no. Al igual que este acto de inhalar/exhalar es necesario para respirar y poder vivir, así una vida de Lectura y Oración son necesarias para intimar y conocer más a nuestro Dios. ¡No hay una más importante que otra, ¡las dos son igualmente necesarias! y tenemos que crecer y desarrollarnos en ellas, y como toda disciplina, va a requerir nuestro esfuerzo y compromiso.


Motivo de oración: Oremos para que, como iglesia, anhelemos conocer profundamente a Jesucristo, no solo superficialmente, y lograr tener cimientos profundos, para poder construir una casa (1 Cor 3:16) hermosa, grande y resistente, que pueda extenderse en gran manera y que así podamos seguir extendiendo también el amor de Cristo a las personas en nuestro entorno.