Aumentando los lúmenes en Cristo.
Por Felipe Cerdas
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5:14-16.
Cuando Jesús conversa con sus discípulos y les enseña uno de sus propósitos en esta tierra, lo hace con una comparación muy sencilla, les dice: ustedes deben ser luz delante de los hombres, cuando leo este texto me vienen varias preguntas a mi mente ¿Cuál Luz? ¿Cómo puedo yo emitir luz? ¿Para qué sirve la Luz? ¿Existen intensidades de luz?. En medio de estas interrogantes existe una verdad bíblica: Jesús es la luz del mundo y es la luz de los hombres, esta verdad la podemos encontrar en Juan 1: 1-9, es decir, la luz que habla Jesús que debemos ser delante de los hombres, es tan solo una invitación a que dependemos de él dentro de nuestras vidas para emitir luz, ya que Él es la luz.
Investigando un poco aprendí que la luz de un bombillo normal como el de una casa, se puede medir según su intensidad por metro cuadrado y para ello se utiliza una unidad de medida llamada “Lúmenes”, entre más lúmenes mayor es la intensidad de luz o mayor es su brillo, esto me hizo pensar cuántos lúmenes tengo yo en mi vida? es decir qué tanto se ilumina Cristo en mi para glorificar su nombre en la vida de los demás, como hijos de Dios fuimos creados para que en Cristo podamos emitir luz, es un propósito en nuestra vida pero muchos ocultamos ese privilegio o buscamos como no intensificar esa luz en nuestras vidas .
En ocasiones no queremos ser esa luz intensa ya que cuando se enciende la luz, aparece el desorden, cuando hay luz, salen las cosas que están escondidas u ocultas y no queremos crear ese efecto en nuestra vida o en la vida de las personas que nos rodean, pero quiero recordarte que ha Dios le encanta que su luz descubra lo sucio para que Él pueda limpiarlo, a Él le encanta la luz para que salga el desorden para poder ordenarlo, es nuestro trabajo llevar a Cristo a nuestras vidas y a la vida de los demás, para que Él pueda glorificarse donde hay oscuridad y traer vida donde hay pecado o muerte.
Toda luz necesita una fuente de energía, entre mayor intensidad o lúmenes será aumentado el consumo de electricidad, por lo que si queremos aumentar nuestros lúmenes en Cristo debemos aumentar nuestra intimidad con Él, su Espíritu debe ser cada vez más intenso en nosotros para poder tomar decisiones que reflejen al señor en medio de este mundo, nuestro deseo de ser luz es proporcional a la intimidad que tengamos con Él y la vivencia de su palabra en nuestra vida. Quiero motivarte a que dejes de esconderte en un rincón de tu casa y puedas salir al mundo a traer la luz para que imites a Cristo, si ya lo haces quiero invitarte a que vayas más allá en su profundidad, en su intimidad y carácter, porque ha llegado el momento de aumentar nuestros lúmenes e iluminar aún más personas para traerlas de la oscuridad a la Luz en Cristo.
Oración: Espíritu Santo pon en nosotros el carácter de Cristo , para que podamos llevar de pensamientos a las acciones, el propósito de llevar el evangelio y su luz a donde quiera que estemos.
Canción de apoyo. Ni